Puede usted tener razones personales para tenerle bronca al ex diez. Puede usted también ser partícipe de los detractores de Maradona, pero la historia le da un mazazo a la realidad para aquellos que quieran manchar la historia futbolística con la selección del Pelusa.
Justo usted Grondona, que en Sudáfrica lo nombró DT de la selección mayor, y que a pesar del papelón que hicimos frente a Alemania, Argentina volvió a jugar “a la Argentina”, porque tuvo el fútbol ofensivo que todos queríamos, miró siempre el arco de enfrente, encontró el arquero titular en la figura de Romero, que hoy en Brasil es titular indiscutido.
Justo usted Sr. Grondona, que tilda de “yeta” a Maradona, pero tuvo como Secretario de Selecciones y cobijó al peor dirigente de Santa Fe entre sus líneas: Germán Lerche.
Justo usted Sr. Grondona que el último mundial que ganamos lo hicimos con la zurda prodigiosa del pibe de Villa Fiorito. Justo usted Sr. Grondona, que se jactó de tener a Marcelo Bielsa como al mejor entrenador de todos los tiempos y nos volvimos en primera ronda, allá en el lejano Japón.
Justo usted Sr. Grondona que tuvo que inventar un torneo “mamarracho” en el Nacional B con diez ascensos, por si las dudas no volvía Independiente. Justo usted Sr. Grondona cuando en los pasillos de FIFA abundan las sospechas de coimas por el mundial de Qatar en el 2022. Justo usted Sr. Grondona que no da paso a las nuevas generaciones de dirigentes jóvenes para que haya una renovación necesaria, como en cualquier ámbito de la vida.
Justo usted Sr. Grondona, que permitió que a Lio Messi se lo lleven a los 12 años porque no supo legislar la sangría permanente de juveniles al exterior.
Justo usted Sr. Grondona, que la vicepresidencia de FIFA se la debe al título obtenido en México ‘86, emanado de la zurda de Diego.
No Sr. Grondona. A usted debería darle vergüenza semejante descaro. El mundo se rinde a los pies de Maradona por lo que hizo en la cancha con la celeste y blanca, y a usted y a su hijo se les ocurre tuitear que Diego es “yeta”. No hay que ser desagradecido. Porque tenemos un Papa que nos enorgullece, tenemos a Messi que nos infla el pecho, tenemos a Maradona que nos identifica en el mundo, pero nunca jamás tendremos a un Grondona que se destaque por alguna cualidad.
Gastón Dubois
Diario El Litoral de Santa fe
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