A los 92 años, Jens Sorensen, dueño de la empresa, murió y su hijo descubrió un increíble tesoro olvidado.
La concesionaria pasó por algunos inconvenientes económicos hace unos 30 años y debió cerrar sus puertas. El hecho hubiese carecido de relevancia a no ser por algo muy particular: el depósito de la concesionaria quedó cerrado desde esa fecha con cientos de autos 0 km en su interior esperando ser vendidos.
cuanto piden
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