El joven, en realidad, estaba maniatado a una cruz de madera clavada en la tierra. El muchacho tenía la cabeza envuelta con cinta de embalar transparente. Le habían dejado dos orificios: uno en la boca, el otro en la nariz. Sus manos y pies estaban fuertemente atados a los tablones de pino, con la misma cinta. A la altura del estómago, tenía un papel con la leyenda: “No robarás”.
Presentaba algunos golpes en distintas partes del cuerpo.
Temblando, con principio de hipotermia y muy asustado, así fue encontrado ayer Víctor Robledo, un joven de 27 años, en una esquina de la ciudad de San Francisco, al este provincial.
Tras ser rescatado por los policías cordobeses y trasladado al Hospital Regional Iturrase, Robledo (oriundo de la vecina localidad santafesina de Frontera) contó que “policías santafesinos” lo “golpearon” tras haberlo mantenido preso horas antes y lo “maniataron” para dejarlo “crucificado”, ya del lado de Córdoba.
San Francisco y Frontera están divididos por una calle.
El caso es investigado por la fiscal de instrucción Leonor Faillá, de San Francisco.
“Estamos investigando si, como dijo el muchacho en un primer momento, fueron policías santafesinos los que hicieron eso”, comentó ayer la funcionaria a La Voz del Interior . “Estamos esperando que se le pase el temor y esté en buen estado de salud para tomarle declaración”, añadió.
De todos modos, Faillá es cauta. Si bien la denuncia contra los policías de Frontera es una de las hipótesis más fuertes, no descarta otras posibilidades, como: que haya sido atacado por otras personas no necesariamente uniformados, que se trate de un “ajuste de cuentas” de vecinos, o, incluso, que sea una broma de mal gusto.
Lo central y que le da cierta verosimilitud a la sospecha policial son cuatro puntos:
¿Fueron policías?
Uno. El joven cuenta con un “importante” prontuario de delitos contra la propiedad (incluso amenazas) en Santa Fe. En San Francisco, en tanto, no posee antecedentes por robos.
Dos. Habría estado detenido en la comisaría de la localidad de Frontera, momentos antes.
Tres. Tiene miedo y no quiere declarar. ¿Será por temor a los uniformados, ya que él vive en esa misma localidad?
Cuatro. Ningún vecino, por ahora, ha visto cuando lo “crucificaban”. “Esa tarea no la hizo una sola persona. Tienen que haber participado varios. Se tienen que haber escuchado gritos, ruidos, un auto que llegaba y se iba... Nadie vio nada. O vio y tiene miedo de hablar”, comentó una fuente policial.
Jurisdicción
Víctor Robledo fue hallado ayer a las 2 de la madrugada en la esquina de las calles 25 de Mayo y Sabattini, a dos cuadras de la ruta interprovincial.
“Le habían dejado dos agujeros en boca y nariz para que respirara. Si no se lo hubieran hecho, quizá hoy podríamos estar hablando de algo peor”, indicó la fiscal Faillá.
El joven, en una declaración informal, dijo que el día anterior había sido detenido y golpeado por policías santafesinos y que lo habían subido a una camioneta. “Tiene golpes, pero son lesiones leves. Eso no se compadece con lo que dijo. De todas formas, hay que esperar que declare en los próximos días”, apuntó, por su parte, una fuente tribunalicia.
Desde la fiscalía de Faillá se indicó que si se comprueba que el “ataque” a Robledo se cometió en San Francisco, la causa quedará bajo su órbita. Pero, si se comprueba lo contrario (a pesar del hallazgo del muchacho en Córdoba), la causa sería remitida a un juzgado de Rafaela.
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