El reparto de la iniciativa estuvo acompañada de las mejores situaciones para los dos equipos. La peligrosidad de Leo Sánchez en
el juego aéreo, la inteligencia de Villar para ganarle a Clemente y aprovechar los espacios que dejaba el marcador de punta rojinegro y la cercanía de De Iriondo en la marca de Alan Ruiz fueron los argumentos tatengues en el mejor pasaje rojiblanco. De a poco empezó a crecer el enganche, apareció Guanca para desbordar a Brítez más algunos centros de Sperdutti y la presencia inquietante y sacrificada de Vegetti entre los dos centrales rojiblancos, fue la respuesta de Colón en la segunda mitad del primer tiempo.
Es decir, Unión empezó mejor y tuvo sus situaciones; Colón emparejó primero y asumió la iniciativa después, y allí llegaron las ocasiones para el sabalero. Ninguno pudo sacar ventajas en este aspecto, ni en el dominio del juego ni en la cantidad de ocasiones. Las de Unión pasaron por Leo Sánchez, las de Colón por un Vegetti que estuvo muy cerca en dos ocasiones. Pero la más clara de todas fue la del final, en un momento en el que Unión se había replegado y no llegaba con peligrosidad, una falta innecesaria de Conti generó un tiro libre que Nacho Malcorra clavó en el travesaño. ¿Le sirvió a Unión para merecer la victoria en ese primer tiempo?, no creo. Fue todo muy parejo, muy repartido.
En lo táctico y estratégico tampoco se sacaron ventajas. Unión eligió el sector derecho para inclinar el juego, sabiendo quizás la poca marca de Clemente y su intención constante de ir al ataque. De Iriondo encimó a Alan Ruiz, no tuvo mucha participación Malcorra, tampoco Martínez, ausente Gamba en ese primer tiempo y con mucha movilidad pero poca presencia adentro del área por parte de Riaño.
Colón tenía a Guanca y Sperdutti yendo y viniendo por los costados, con un Poblete que empezó a aparecer un poco más en la parte final del primer tiempo y Vegetti, sacrificado al máximo, metido entre los centrales y siendo el jugador más peligroso de Colón, merodeando en la cercanía del gol.
Ese reparto de predominio en el juego y de situaciones de peligro, más allá de aquellos matices (el mayor trabajo de Nereo por encima de Broun y el tiro libre en el travesaño de Malcorra como la situación más clara de gol), no fueron suficientes para que el resultado se incline para uno u otro lado.
Mientras Unión lo quiso trabajar y lo consiguió, al partido en el segundo tiempo, Colón quiso pero no pudo. Se cayó el partido y desaparecieron las jugadas de peligro en cantidad. Unión no tuvo precisión del medio hacia arriba y le faltó fútbol. Lo manejó para no sufrir en defensa, algo que consiguió en parte porque complicó Alan Ruiz (el mejor de Colón) y algunos pelotazos cruzados a las espaldas de Brítez para abastecer a Guanca.
La iniciativa en el segundo tiempo la tuvo Colón. La pregunta es: ¿mereció ganar el partido?, no lo creo. Pareció ser más ambicioso, pero Unión, arrimándose menos a las inmediaciones del área de Broun, pudo convertir en una jugada que generó Gamba por izquierda, continuó en Montero (no pudo pararla bien adentro del área) y siguió con un remate de Villar que pegó en Garnier y se fue al córner pasando muy cerca del palo izquierdo de un Broun que había quedado descolocado.
Los cambios en los dos aportaron poco. Cuando Franco arriesgó poniendo un delantero (García) por un volante (Poblete), fue en la parte final y sin tiempo. Como tampoco hubo tiempo para que Unión aprovechase el jugador de más por la tonta reacción de Clemente Rodríguez que le costó la expulsión.
El empate no está mal. En Colón quedó una leve sensación de injusticia que no tiene muchos fundamentos. Quizás se esperaba algo que habitualmente no ocurre en los clásicos y es que el que mejor llega saque ventajas. En todo caso, Unión, que ha jugado mejor que Colón en este torneo, no está pasando por un momento feliz, sobre todo del medio hacia adelante, con más de 300 minutos sin marcar goles.
El Litoral
Enrique Cruz (h)
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